Así llamamos en Donyets a las Asambleas. En los Círculos Mágicos participan niños, niñas y educadores. Todos pueden pedir la palabra y expresar lo que quieran. Todas las voces son igual de importantes.

En los Círculos Mágicos, todos los votos valen lo mismo: tanto el de Teo, que aún no tiene 3 años, como el mío”.
— Jordi Martínez (coordinador y educador de Donyets)

 

Cada día empieza con un Círculo Mágico. Almorzamos lo que hemos traído de casa y hablamos sobre lo que vamos a hacer ese día, lo que nos pasó ayer o sobre el tema del momento. Y antes de irnos a casa cerramos el día con otro círculo

Pero puede haber Círculos Mágicos en cualquier momento. Todos podemos convocar uno. Cuando eso sucede, se convierte en un acontecimiento prioritario. Corremos por el espacio gritando “¡Círculo Mágico!” hasta que estamos todos sentados en círculo. No podemos esperar porque nos importa el “aquí y ahora”, el momento en el que surge la necesidad, la emoción… “después” no tendría el mismo sentido.

Nos sentamos en círculo, en el suelo, todos a la misma altura y esperamos escuchar alguna voz que empiece a hablar, alguien que explique el motivo de la convocatoria. Puede ser cualquier cosa: una queja, resolver un conflicto, anunciar un nuevo acontecimiento, la necesidad de decirle algo a alguien… Cualquier cosa que queramos expresar, compartir.

Es un espacio donde pararte, sentir y ser sentido. Donde escucharte, escuchar y ser escuchado. Donde hablar de ti mismo, del otro, donde hablan de ti y de otros. Donde expresar sentimientos, sensaciones y recibir las de los demás...

Es un espacio de comunicación, de crecimiento y de vida. 


¿Cómo se hace un Círculo mágico? 

 

  • Los Círculos mágicos configuran un espacio energético, un círculo cerrado por las propias personas, donde la energía permanece y nos une. Lo que pasa allí dentro forma parte del grupo y de lo que nos permitimos dar y recibir. Cada Círculo es especial y tiene unas características diferentes.
  • Sentándonos en círculo nos podemos ver y mirar, lo que facilita la comunicación verbal y emocional. No solo veo a la persona y lo que me dice con su voz, también con sus gestos y su cuerpo. Todos nos sentamos a la misma altura. Evitamos lo irritante de la perpendicularidad que se crea entre las diferencias de edad, o frente a personas adultas. Y fomentamos la igualdad que se establece ante la horizontalidad. Si nos ponemos a la misma altura entendemos el proceso de estar todos a un mismo nivel en un Circulo Mágico.
  • En un Circulo Mágico, es algo natural el turno de palabra aprendiendo a esperar, a respetar, a intervenir y a callar.
  • Los Círculos Mágicos no son obligatorios, se puede entrar y salir a voluntad. Pero sí se sabe que si no estás no te enteras de lo que allí ocurre, de las normas que se modifican o se añaden, de lo que le pasa a un amigo, o de lo que se ha planteado para ese día; tampoco vas a poder dar a conocer tu criterio sobre cualquier aspecto de los que allí se contemplen. Cuando te sientes de verdad parte integrante de un grupo todo lo que ocurre en él te interesa y te importa y lo haces tuyo.